OS ELVENSES PREFEREM A NOITE EM BADAJOZ.

Bien es conocido que España es considerado uno de los países que más atrae al turismo internacional, entre otras cosas, por su ambiente de ocio y fiesta. Este lado de la frontera se caracteriza por un espíritu alegre, ya sea por el clima o «porque lo llevamos en la sangre», y eso llama la atención a la población extranjera.

Badajoz puede presumir de ser frontera de Portugal, y son muchos los ciudadanos del otro lado de la Raya que atraviesan la frontera para disfrutar de las actividades de ocio que no tienen las poblaciones lusas más próximas. Sobre todo, acuden personas de los municipios de Elvas, Campo Mayor, Vila-Boim, Estremoz y Vila-Viçosa.

Esta afluencia es positiva para los negocios, que consiguen hacer buena caja con este tipo de clientes. De media se suelen gastar 30 o 40 euros entre discotecas, pubs y bares de tapas.

«El motivo principal por el que venimos a Badajoz es por la fiesta, que es muy buena», asegura Marco Lopes, natural de Elvas. Este joven de 23 años estudia Mecatrónica en Évora, pero se desplaza todos los fines de semana para salir por la noche en Badajoz. «En Portugal no se sale tanto de fiesta como en España y cuando se sale, no hay tanta gente como aquí».

Algunos de los visitantes también asisten a eventos puntuales como la feria de San Juan, el Carnaval o Nochevieja.

Ciertos bares de tapas reciben clientes durante toda la semana. La cantidad media que suele dejar un portugués es estos locales ronda los 20 euros. «Tenemos clientela portuguesa cada día, lo que más piden es carne y calamares. Muchos vienen en pareja», comenta una camarera de la cervecería Gambrinus. Según dice, a la hora de elegir la comida se decantan más por las raciones, mientras que los españoles son más de tapas. «Consumen mucha cerveza y les gustan mucho las aceitunas y el pan».

Hay bares del centro que tienen una clientela fija de portugueses. «Algunos vienen con frecuencia, tienen una ruta marcada que recorren todos los fines de semana. Al ser una clientela de 30 años hacia arriba, piden sobre todo copas», señala Vicente Roble, dueño del Samarkanda. Otros acuden al Mercantil, sobre todo cuando toca una banda portuguesa o un fadista.

Las copas en los municipios lusos cercanos a Badajoz son más baratas que en la capital pacense. Allí cuestan unos de 3 euros. Sin embargo, cuando vienen a la ciudad se gastan más dinero que los españoles en bebidas, ya que consumen mayor cantidad de combinados que los pacenses dentro de la discoteca.

Las copas en Badajoz cuestan alrededor de seis euros, pero a los portugueses no les asusta y dejan más dinero en la caja que los españoles.

Otra de las diferencias es que a la hora de hacer botellón compran cerveza. «En Elvas no hay nadie bebiendo en la calle, es una de las cosas que me gustan de Badajoz, de esta forma es más fácil hablar y relacionarte con los demás. Aunque nosotros el botellón no lo hacemos con bebidas fuertes, la mayoría de las ocasiones bebemos cervezas», explica Fabio Faria, un joven de Elvas que estudia economía en Lisboa.

Cuenta que a la hora de volver a casa cogen un taxi que les cobra unos 20 euros. Y si viajan en coche, «conduce al que le haya tocado esa noche no beber».

Pero los portugueses no solo acuden por la fiesta, también se desplazan a la ciudad a comprar ropa porque «en Badajoz hay mayor número de comercios y más variedad textil a precios más asequibles. «En Elvas es más cara porque no hay tanta oferta», comenta Fabio.

Al referirse a las relaciones entre portugueses y españoles, Fabio y Marco reconocen que a veces tienen diferencias y que incluso discuten por temas futbolísticos. «Pero en general entablamos amistad», puntualiza.

«Son muy bien recibidos. Además, como viven cerca de Badajoz, ya tienen su grupo de amigos españoles. Los portugueses que vienen aquí no causan problemas, creo que son más educados que los españoles debido a su cultura. Mucho deberíamos aprender de ellos», confiesa José Luis, un joven pacense.

José Luis está acostumbrado a coincidir con ellos en el bar de copas Ciudad del Cabo, al que acuden portugueses tanto jóvenes como mayores.

El Casino es otro lugar donde «es muy típico verlos, van a tomarse una copita y a jugarse algunas perrillas», concluye.

Fonte:Hoy.es